jueves, 17 de febrero de 2022

 

LOS CINES: PALACIO Y ALAY

   

EL CINE PALACIO




       El cine constituye una entretención a través de un espectáculo virtual que atrae a las personas ávidas de pasar momentos vivenciales frente a una pantalla.

El cine influye en la sociedad, en todos los aspectos de nuestra vida. Influye, no solamente en las modas y costumbres, sino que en algunos casos podemos detectar una tónica ante determinado tipo de acontecimientos políticos o económicos. Tal vez esto nos señale otras posibilidades, al considerar que el cine no es únicamente un medio de entretenimiento, sino que podría llegar a ser también un modo de hacernos mejores personas. Del cine mejicano hemos extraído parte de la jerga popular de los jóvenes, como cruz (camisa), riel zapato), neta, negra, vieja y muchos términos más. En la población de Tenosique, del Estado de Tabasco Es común encontrar la influencia del cine en el lenguaje popular de las diversas regiones y de la forma de vestir como los pantalones balum, de cintura baja, el saco traslapado, los peinados “nido” de los años 60 en las mujeres, o el pelo largo en los varones. El cine es seguramente el arte más influyente del siglo XX. En algunas películas los mafiosos ladrones aprenden cómo engañar a la servidumbre y penetrar a robar las casas. Aquí se aprende, también, se admirnmuchos casos de heroísmo y cómo actuar en diversos casos de contingencia o peligro.

       En antiguas películas mejicanas he descubierto que muchas casas en los estados contiguos a Petén utilizan la misma arquitectura de las casas de Flores, Petén, como las puertas que tienen ventanas incorporadas. En cuanto al uso de ciertos materiales vegetales, del guano (manaco), los campesinos mejicanos del trópico húmedo construían los techos de sus casas y sus capas improvisadas para no mojarse y el tecomate o chujo era utilizado para aprender a nadar, al igual que en Petén.

 


       En la actualidad existen películas de toda índole y para todos los gustos, pero, en los años 60 en Flores, Petén, no se tenían mayores opciones, a no ser, el cine de doña Flora Pinelo de Tager, que se ubicaba en el Teatro Municipal y que exhibía películas mejicanas y el cine Palacio de don Nicolás Tager, que exhibía del mismo tipo.

       Don Nicolás Tager Novelo, (1900-1998), estableció el Cine Palacio en un salón del segundo nivel del edificio de concreto ubicado en el llamado Planchón (cuadro cementado), ahora, lugar de partida de los tuc tuc en Flores. Este edificio lució espectacular en su tiempo y fue construido por el maestro albañil don José, uno de los encargados de la construcción de la Escuela Tipo Federación “José Benítez Gómez” en Santa Elena, del mausoleo del maestro Benítez Gómez en el cementerio de Santa Elena y otros. Este edificio fue el primero de la Isla que tuvo sanitarios lavables y albergó, años después, al primer Instituto de Educación Pre-vocacional de Petén.

     


  Este cine se ubicaba en una gran sala y utilizaba sillas individuales metálicas y contaba con un solo proyector que obligaba a alternar los rollos de las películas, que eran de 16 mm; por lo regular solamente exhibía películas mejicanas que rentaban en Pelimex (Películas Mejicanas). En el intermedio, mientras se cambiaba de rollo los asistentes aprovechaban para ir al baño o comprar golosinas y bebidas.

El proyector fue manejado, en un principio, por don Emilio Tager Ochaeta, y quien controlaba los tickets en la entrada era Valeriano, hijo de don Cundo y doña Cundita. La entrada al cine costaba 25 centavos para adultos y quince para niños.

       Las funciones se desarrollaban a partir de las 9 de la noche y se promocionaban a través de un cartel que recorría las calles principales y callejones de la isla de Flores, portado por dos niños y un redoblante para anunciar las funciones.

       Entre los niños que cargaban el cartelón y tocaban el redoblante, se recuerdan a Manuel Baldizón Ozaeta, Paco Ozaeta (+), Chema Ozaeta y Manuel Alvarado, (todos ellos primos), a quienes les pagaban quince centavos y el derecho de entrar al cine. Siempre se disputaban la cargada del cartelón para obtener el derecho a la entrada del cinematógrafo. Este cine funcionó de 1952 a 1955, aproximadamente, siendo su existencia efímera, pero constituyó un centro de entretención y de agradables momentos.

Cuando no funcionaba el cine, este local se alquilaba para bailes de casamiento y otros festejos, lo que indica que este cine funcionaba improvisadamente en una sala. En esta época, se exhibieron películas como: El Águila Negra, El Peñón de las Ánimas y El Justiciero, siendo los charros: Tito Guízar, Jorge Negrete, Pedro Infante. Luis Aguilar, Pedro Armendáriz, Tony Aguilar, el Indio Fernández y otros, sin embargo, más tarde, se exhibieron otro tipo de películas como de Sarita Montiel, Joselito, Rocío Durcal, Pily y Mily, Cantinflas, Tin Tan, Viruta y Capulina y tantas más. Este cine contaba con un amplificador de sonido y dos bocinas de intemperie           que colocaban en la baranda para amenizar el inicio de la función con canciones mejicanas.

En el primer nivel funcionó un Salón Social de entretenimiento, y una fuente de soda que ofrecía refrescos y paletas de helado, tenía dos billares y una rocola con discos de música de la época.

Este negocio era administrado por Olga Tager y los billares, en un principio, por Carlos Tager Ochaeta (+), su hermano e hijo de don Nicolás.

Fue don Arturo Velásquez (+), quien más tarde, tuvo a cargo de los billares.


A partir del año 56 el profesor Julio Rosado Pinelo, yerno de don Nicolás, tuvo allí una tienda de artículos de primera necesidad, donde se vendía frijol, arroz, jabón, harina God Medal traída de Belice y otros comestibles.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

EL CINE ALAY

     A partir de la primera experiencia con el Cine Palacio, don Nicolás Tager construyó el Cine Alay en la Avenida Centro América en 1960, aproximadamente. El nombre obedece a que uno de sus nietos así  lo llamaba.

Este cine lo construyó en un terreno que le había comprado a doña Isabel (Chabela) López y quedaba contiguo a su casa de habitación y frente a su tienda.

El cinematógrafo constituyó un singular entretenimiento para los vecinos de la Isla de Flores y del área central por las pocas diversiones que había en ese tiempo. Había cinéfilos que nunca faltaron a función alguna. Unos de los asiduos espectadores fueron el Lic. Frank Boburg, Salvador Rodríguez y tantos más

       Don Nicolás Tager Novelo era hijo de don Eduardo Tager Darush (libanés) y doña Patrocinia Novelo (nativa del municipio de Dolores). Hermana de don Nicolás fue doña Olga Tager de Baldizón, aunque  tuvo otros medio hermanos.

       Se casó don doña Carolina Ochaeta Pinelo con quien procreó a  Emilio, Anita (+), Carlos (+), Gloria, Olga, Erwin (+) y Berta (+).

       Don Nicolás Tager fue un empresario que realizó actividades sociales y culturales en beneficio de Petén:

     Miembro del Comité Pro construcción de la carretera                                        Flores – Guatemala

     Fundador de la Radio Nacional Tikal

     Contratista de chicle en Dolores.

     Reparó la iglesia de Dolores.

 

EL EDIFICIO DE CINE

       Fue diseñado por el profesor Julio Edmundo Rosado Pinelo, yerno de don Nicolás, y tenía las dimensiones  aproximadas de 30 metros de largo, 15 m de ancho y unos 5.50 metros de altura. Fue construido por el maestro albañil Manuel Romero Baños y Carlos Berges Pinelo. Don Manuel Romero fue quien construyó, también, el templo católico de Santa Elena de estilo geométrico.

       El edifico fue construido ex profesamente para albergar un cinematógrafo con instalaciones modernas, que comprendía todo el ordenamiento requerido: instalaciones adecuadas con dos proyectores modernos, pantalla grande, luneta y palco con butacas reclinables, taquilla para venta de boletos, sanitarios para mujeres y hombres, y una pequeña tienda en la antesala del cine que vendía golosinas y bebidas gaseosas. El palco se ubicaba en el segundo nivel donde se situaban los proyectores. Las butacas fueron colocadas con tornillos sujetos al piso por Erwin Tager (+) y Carlos Armando Castellanos, quien, después, fue el encargado de pintar este edificio, manejar los proyectores y encargarse de la boletería y administración, cuando los dueños partían hacia la Capital.

 

EL CINEMATÓGRAFO


       Los proyectores utilizados eran holandeses, marca Phillips, de 35 mm y semejantes a las de los grandes cines de la capital como El Cápitol, Lux, Pálace, Cali, Capri, etc. Para instalarlos vino un técnico de la capital, quien adiestró a Olga Tager y a Armando Soberanis en su manejo. El Profesor Carlos Amando Castellanos Cocón, fue adiestrado, más tarde, por Olga para su manejo, ya que fue una de las personas que trabajó como proyectorista emergente, cuando la familia viajaba a la Capital. Gloria Tager era quien controlaba la taquilla.

        En su esplendor constituyó la máxima atracción de niños, jovencitos y adultos, y las películas se exhibían en forma ininterrumpida, sin pausas, ya que se contaba con dos proyectores. Este cine se convirtió pronto en un centro de sano entretenimiento y diversión para los vecinos de la Isla, aunque, también, asistían vecinos de San Benito y pobladores de Santa Elena, San Miguel y otros. Este vino a suplantar, en parte, al cine de doña Flora Pinelo de Tager que exhibía, también películas mejicanas en el Teatro Municipal, hoy llamado “Valentín del Valle Góngora”, y también al del Cine Nely y Palermo de San Benito.

       Este cine despertó diversas emociones y sentimientos entre el público asistente, ya que, en este tiempo no existía la televisión por cable, ni celulares, sino, solamente la radio, por lo que, la expectación causada servía de comentario diario en las calles, escuelas y canoas. Muchos patojos se vieron en la necesidad de realizar trabajos, para agenciarse unos cuantos centavos para asistir a la premier del domingo, cuando se exhibían películas de Tarzán y de personajes como Súperman. Se exhibieron, tanto películas mejicanas, como americanas, las mismas que se exhibían en los cines de la capital. Entre las películas americanas de esta época sobresalieron: Los diez mandamientos, Espartaco, Ben Hur, El último tren, Zorba El Griego, El Padrino, Elvis Presley, La mafia siciliana, Los Beatles, Las de Joselito, Marisol, Pily y Mily, Rocío Durcal, El Gran Escape, Los Cañones de Navarone y las de Vicente Fernández, Cantinflas, y de la India María.

 

EL COSTO DE ENTRADA

       Estaba entre el rango de Q 0.75 a Q 5.00, dependiendo de la película que exhibía. Las películas eran trasladadas en avión y traídas por la compañía AVIATECA. Las películas mejicanas se rentaban en Pelimex (Películas Mejicanas) y las americanas con don Ramiro Samayoa, dueño del Cine Popular y representante de Columbia Picture y a la Cinerama Americana de Rosemberg, dueño del cine Lux.

        

EL PÚBLICO Y HORARIO

       Las películas catalogadas como No. 1 eran aptas para todo público, en cambio las No. 2, únicamente para adultos. Las funciones se realizaban los días viernes, sábados y domingos en funciones de las 21:00 – a las 23: 00 horas (11 de la noche), El domingo había matiné a las 16:00 horas (4 de la tarde) dedicada a los niños.

 

LA PROMOCIÓN DE LAS FUNCIONES

       Se efectuaba a través de un cartelón rotulado y la imagen del elenco de actores, que recorría las principales calles y algunos callejones de la Isla de Flores, donde se anunciaban las películas. Entre los adolescentes que cargaban este, figuraban: los hijos de doña Audelia Vadillo de Carío, Chema Ozaeta, Paco Baldizón y otros. Los que cargaban les daban Q 0.25 o la entrada libre al cine.

       Don Nicolás falleció a la edad de 82 años y venía con el siglo, en cambio doña Lina, su esposa, falleció en 1995 a la edad de 88 años.

       Los vecinos de la tercera edad, aún guardan recuerdos de este cine por las películas que exhibía. El palco era escogido por parejas de enamorados que necesitaban discresión y allí quedaron los suspiros, las emociones y sentimientos de los que asistieron a este glorioso cinematógrafo.

       Este cine dejó de existir en 1970, aproximadamente, por lo que, solamente, funcionó por espacio de casi diez años.

       Lo que es importante considerar es que toda la familia Tager Ochaeta se involucró en el funcionamiento del Cine Alay.

       En la actualidad permanece cerrado, porque la televisión por cable y otros factores dieron lugar a que este proyecto terminara.

 

REFERENCIAS

Baldizón  Ozaeta, Manuel. 2016. Contacto personal

Castellanos Cocón, Carlos Amando. 2016. Contacto personal

Soberanis Ochaeta, Armando. 2016. Contacto personal

Tager Ochaeta, Olga. 2014. Contacto personal